Claudia Conserva se sometió a diferentes terapias para tratar su cáncer de mamas triple negativo, que fueron desde la medicina tradicional a prácticas espirituales. Entre estas últimas, estuvo el tratamiento que realizó con los monjes brasileños, quienes la intervinieron a distancia.
Muchos se han preguntado qué son los monjes brasileños, los cuales son reconocidos hace varios años por todo el mundo como exponentes de sanación por quienes creen en terapias alternativas.
En el programa de Mega, “Viaje a lo insólito”, explicaron que la génesis de estos monjes se remonta al 1943, cuando en Brasil surgió el templo Esipirta Tupyara, honrando a la Inmaculada Concepción, dogma de la fe católica que afirma que María estuvo libre de pecado original.
Sin embargo, más allá de esta creencia, en el templo se postulaba que los espíritus de importantes médicos que habían muerto, podían seguir trabajando de forma espiritual con los vivos, sanándolos de aquello que los afecta.
De hecho, Claudia Conserva, al momento de ser contactada por los monjes brasileños, ya que un amigo la puso en contacto con ellos, recibió la identidad del médico que la iba a operar, un dermatólogo de nombre Ceferino, con una foto incluida, la cual ella colocó en su velador días antes de la intervención para familiarizarse con él.
Cabe precisar que esta operación a la que se sometió Conserva fue hecha totalmente a distancia y de forma espiritual. Los monjes brasileños le informaron el día y hora que este médico fallecido le realizaría la intervención.
El día de la operación, a Claudia le informaron que debía seguir una dieta basada en alimentos vegetales, baños con sal de roca y que tuviera agua filtrada cerca de ella. En una habitación totalmente a oscuras y en silencio, Conserva comenzó con la intervención.
“De repente, se me licuó el cerebro (…) fue como si hubieses prendido una juguera, como que mi cerebro hubiese estado en una juguera. Mentalmente, sentí eso”, expresó al espacio, dejando en claro que físicamente no tuvo sensaciones.
Y durante la “alucinación” como ella definió, vio a Ceferino, a quien abrazó y le expresó que debía trabajar en su mama derecha, donde tenía el tumor alojado. Este le echó un líquido, prendió fuego, todo a vista de Claudia. Luego de aquello se despidió y el médico se fue, viéndose tres veces más con él, tal como indica el protocolo tupyara, todo de forma totalmente gratuita.
Cabe precisar que este tipo de prácticas no es reconocida por parte de la medicina tradicional. Sin embargo, hay estudios sobre el poder que tiene la mente en la recuperación de algunas patologías.